Informe. A pesar de las negaciones, la Autoridad Palestina está involucrada en la gestión del cruce de Rafah

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Agencia AJN (Por Ronen Bergman y Einav Halabi/Ynet).- El cruce de Rafah está en funcionamiento desde hace dos días, gestionado, entre otras cosas, en colaboración con personal de la Autoridad Palestina, contrariamente a las declaraciones del primer ministro Benjamin Netanyahu. Entre los funcionarios de la Autoridad Palestina también hay altos funcionarios de Fatah, que lo dirigen en cooperación con una fuerza especial europea y fuerzas de seguridad egipcias que ayudan a proteger la zona de terroristas salafistas. Israel no está presente en el cruce, pero está involucrado por el momento al menos en el beneplácito de quiénes lo cruzan, y en una sola dirección: fuera de la Franja.

Contrariamente a todas las negaciones de la oficina de Netanyahu, el portavoz oficial de la Policía de la Autoridad Palestina, Louis Azrikat, dijo ayer a Ynet y Yedioth Ahronoth que Fares a-Rifi ha sido designado para gestionar el puesto policial en el cruce de Rafah, que se abrió ayer. A-Rifi, residente de la Ciudad de Gaza, fue oficial de Policía en las gobernaciones centrales de la Franja de Gaza en representación de la Autoridad Palestina y tiene una licenciatura en Derecho y un diploma superior en Ciencias Policiales de la Escuela de Policía de Yemen. Se lo considera una figura activa de Fatah en la Franja de Gaza.

Su hermano lo felicitó: «La legítima Policía palestina es la que controlará y mantendrá la seguridad en el cruce de Rafah bajo el mando de Fares a-Rifi». La fuerza palestina desplegada allí incluye siete policías varones y dos mujeres, todos los cuales trabajaron anteriormente para la Autoridad Palestina en los cruces de la Franja de Gaza, y ahora están volviendo a trabajar en la misma función.

La sensibilidad política del asunto en Israel es evidente para todos, por lo que el titular de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, le pidió a su gente no ser entrevistado. Pero Ynet y Yedioth Ahronoth han sabido que desde hace muchas semanas funcionarios de la Autoridad Palestina, en colaboración con la inteligencia egipcia, han estado en contacto febril con funcionarios de las FDI, la Administración Civil, el coordinador de Actividades Gubernamentales y el Shin Bet en El Cairo para preparar la cooperación que conducirá a la apertura del cruce de Rafah.

La Autoridad Palestina ya ha comenzado los preparativos para controlar el cruce el último mes. El jefe de la Autoridad de Cruces de la Autoridad Palestina, Nazmi Mohana, residente de Jericó, y el subdirector general del Ministerio de Asuntos Civiles de la AP, el residente de Ramallah Ayman Qandil, han asistido a intensas reuniones con funcionarios de seguridad en Egipto para abrir y gestionar el cruce de Rafah.

La sensibilidad de operar el cruce en cooperación con la Autoridad Palestina es doble y surge de razones políticas internas de Israel. Esa es una de las razones por las que el gobierno israelí y su líder retrasaron el acuerdo durante al menos seis meses, y algunos sostienen que desde el colapso del acuerdo anterior.

La primera razón: aunque las FDI y los funcionarios de seguridad han sostenido durante el año pasado que no puede haber una victoria militar que no incluya el dominio israelí sobre toda Gaza, sin crear una alternativa a Hamás. El consenso profesional fue que se debe promover una solución para el «día después» para impedir un gobierno de Hamás, y que debe incluir a la Autoridad Palestina, con refuerzos financieros y humanos internacionales. Netanyahu, ya sea por su opinión o por temor a que la coalición se desmoronase, afirmó que no daría a la Autoridad Palestina algún punto de apoyo, frustrando así de manera efectiva las discusiones sobre el día después.

La segunda razón: como parte de los obstáculos que Netanyahu añadió a sus demandas después de que las partes estuviesen muy cerca de llegar a un acuerdo, exigió el control del cruce de Rafah. «Yo y otro ministro (Dermer) fuimos los únicos en el gabinete de guerra que impedimos que la Autoridad Palestina obtuviera el control del cruce de Rafah», dijo en una ocasión. «No le daremos un premio a la Autoridad y estamos trabajando para frustrar cualquier control que pueda tener en la Franja.» En la apresurada conferencia de prensa que convocó en septiembre, después del asesinato de los seis rehenes en el túnel de Tel a-Sultan y para explicar por qué se oponía al acuerdo, Netanyahu llamó al cruce de Rafah y el corredor Filadelfi «el conducto de oxígeno de Hamás» y declaró que Israel no se retiraría de allí.

Una revisión de los acuerdos que están ocultos revela que el apéndice del acuerdo principal establece en el Artículo 5 que «el cruce de Rafah estará listo para el traslado de civiles y heridos después de la liberación de todas las mujeres (civiles y soldados). Israel trabajará para preparar el cruce lo antes posible después de la firma del acuerdo.» El acuerdo establece explícitamente que las fuerzas solo se “redistribuirán alrededor del cruce de Rafah de conformidad con los mapas adjuntos”. Es decir, las FDI e Israel no estarán presentes en el cruce.

También se indicó que «se permitirá el paso diario de 50 combatientes heridos, acompañados de tres personas. Para cada cruce se necesitará el permiso israelí y egipcio». En este documento tampoco quisieron contarlo todo, quizá por miedo a los ministros extremistas del Gobierno, y por eso afirmaron que «la transición se llevará a cabo de acuerdo con las discusiones que tuvieron lugar con Egipto en agosto de 2024». Las palabras «50 combatientes heridos» esconden bastante dramatismo, ya que se refieren a 50 terroristas de Hamás y la Jihad Islámica que partirán hacia Egipto cada día, acompañados por tres personas que también podrían ser miembros de Hamás.

El acuerdo estipula que las listas de quiénes cruzarán, elaboradas por el Ministerio de Salud palestino, dirigido por Hamás, serán entregadas el día anterior a Egipto e Israel, que deberán aprobarlas. Es probable que Israel no permita que altos funcionarios de Hamás se vayan, pero sí que lo hagan todos los demás, «ya que Israel no tiene forma de saber realmente si están heridos o quieren salir a tomar un poco de aire fresco en El Cairo», según un alto funcionario israelí familiarizado con los detalles. 50 miembros de Hamás al día es una cifra elevada, incluso si es solo durante la primera fase del alto el fuego.

Al menos por ahora, desde la perspectiva de Israel, un miembro de Hamas que se va no puede regresar. Israel dice que ese asunto debería discutirse como parte de la segunda fase del acuerdo. Todavía no está claro cómo responderán los países mediadores al asunto y si exigirán también la apertura en la otra dirección.

El cruce de Rafah fue destruido e incendiado durante los combates que libró Israel cuando entró allí a principios de mayo. Las instalaciones del cruce no se pueden utilizar, por lo que los mediadores, junto con personal de la Autoridad Palestina, tuvieron que traer varias estructuras temporales al lugar para realizar los controles y procedimientos para salir de Gaza. Todas estas cosas están sucediendo actualmente de una manera oculta al público israelí debido a cuestiones políticas, pero tal como está establecido en el acuerdo entre Israel y Hamás. Pero la gran pregunta es cuánto durará el acuerdo y si las partes podrán llegar a un acuerdo sobre la segunda fase.

Está previsto que las negociaciones al respecto comiencen a más tardar hoy, 16 días después de que entrara en vigencia el alto el fuego. Altos funcionarios de Israel y los países mediadores expresaron ayer su profunda preocupación de que el conflicto no llegue a su fin y pueda estallar. Algunos temen que en unas dos semanas o un mes, Israel anuncie que las negociaciones -en cuyo marco se supone que los rehenes restantes deben regresar con vida y las FDI deben retirarse de la Franja- han encallado y, de hecho, son inútiles porque Muhammad Sinwar está haciendo demandas no razonables.

Estas cosas tuvieron eco durante el fin de semana en un informe de uno de los canales que afirmaba que «se ha formado un entendimiento» en Israel de que Hamás no devolverá con vida a los rehenes restantes y, por lo tanto, Israel se verá obligado a regresar a la guerra. Funcionarios militares, incluidos aquellos cuyo trabajo está relacionado con el equipo negociador, dijeron que Israel no tiene esa información.

«Básicamente, nada está cerrado», dice un alto funcionario israelí. «Para concluir y finalizar el acuerdo saudita, que también incluiría una solución internacional para Gaza y permitiría que Netanyahu corra el riesgo de disolver el gobierno, harían falta no menos de cuatro meses. Para firmar un segundo acuerdo en el futuro inmediato, Netanyahu tendría que correr un riesgo y asumirlo sin todos los ‘beneficios’ del acuerdo saudita. Y eso, le dirá a Trump, es un riesgo demasiado grande. Por eso, el acuerdo va a explotar».

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